textos aburridos

Textos Aburridos

¿Seguimos haciendo textos aburridos o estamos construyendo una iglesia que aporte a la realidad que viven las geneaciones actuales?

Hablamos de textos aburridos cuando vemos su extensión; páginas de letras sin espacio entre renglones y con párrafos interminables.

Esos son los textos que se escriben y reparten entre quienes asistimos a una iglesia evangélica de cualquier denominación.

No estamos en contra de la reflexión teológica profunda, pero creemos que la forma en que se ofrece a los creyentes no es la mejor, porque se hace en textos aburridos que no detonan la acción del creyente.

La propuesta de este sitio es la reflexión y el diálogo sobre la forma en que la iglesia evangélica está abordando los problemas actuales y cuestionarnos si estamos viviendo una cotidianidad transformadora en situaciones como:

  • Deformación familiar
  • Abandono del anciano
  • Desinterés por el niño
  • Migración
  • Desempleo
  • Autoritarismo político
  • Autoritarismo religioso
  • Marginación
  • Educación
  • Digitalización de la vida
  • Manipulación
  • Abuso laboral
  • Abuso fisico
  • Abuso psicológico
  • Mano de obra infantil
  • Voracidad mercantil
  • Voracidad del empresario
  • Endeudamiento para vivir
  • Medio ambiente
  • Ideas de género
  • Cinismo político
  • Populismo
  • Normalizar la idea de que cada persona tiene su propia verdad

Y una larga lista de etcéteras que debemos considerar bajo la pregunta:

¿Estamos construyendo una iglesia que aporte a la realidad que viven las geneaciones actuales?

Los textos aburridos parecen decir que no es así, sino que la iglesia del siglo XXI es la misma de hace 50 años.

Las iglesias en 2024 siguen haciendo lo mismo que en 1970 cuando por primera vez mi mamá me llevó a una iglesia. Lo único que ha cambiado es que hoy se usan más instrumentos musicales y que ya no hay himnarios para cantar.

En algunas iglesias también han desaparecido las bancas, hoy tienen sillas individuales. Pero tampoco hay biblias físicas, ahora son portátiles y las tenemos en el móvil.

El resto es lo mismo; lectura de la biblia, oración de intercesión, canto dirigido, alguien pasando por las ofrendas y la predicación con un atril o púlpito de por medio. Y todas con el mismo formato que conocí hace 50 años.

No hemos adoptado la tecnología que usan las nuevas generaciones para aprender. Las clases de los niños se siguen dando en la modalidad de un profesor encargado y hojas para colorear, sin entender que los nativos digitales aprenden de otra forma, digitalmente.

Sergio Arturo Ruiz Robledo

Soy de las personas que quieren hacer las cosas diferentes, y la iglesia no es la excepción. Me formé como cristiano en la rigidez del pensamiento bautista del siglo XX. Hoy las veo de lejos porque creo que la iglesia evangélica necesita pasar por una nueva reforma. Una reforma que la inserte en la realidad de su entorno y no en la realidad del palco de lujo.

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